Como un doctor NaPro que eres, cada día nos brindas los cuidados médicos necesarios para aquellas personas que sufrimos de infertilidad mientras buscamos sanación a estos problemas que nos limitan poder concebir o llevar un embarazo a término completo. Nosotras apreciamos tu arduo trabajo y la dedicación que pones en ayudarnos. Sabemos que en realidad estas interesado en nuestro bienestar, así que nos gustaría compartir varias cosas que nos encantaría supieras de manera que puedas ser de mayor apoyo para nosotras mientras caminamos en este tan difícil y solitario viaje de infertilidad.
¡Queremos tener un bebe!
Es un anhelo tan profundo; tu lo conoces porque estás trabajando con nosotras para optimizar nuestra salud e incrementar nuestras posibilidades de concepción. Pero también queremos que nos ayudes a recordar que los niños son un regalo – no un objetivo por alcanzar o un premio que ganar. En nuestra desesperación, muchas veces perdemos de vista esta verdad. Nosotras también tendemos a olvidar la benignidad propia del matrimonio, del deleite y vínculo afectivo que se crear a partir de nuestra entrega intima del uno al otro. Nosotras necesitamos que nos ayudes a estar saludables y mantener la esperanza viva, pero también ayúdanos a poder ver que el tener un bebe no nos hace “ser ganadoras”, y de que Dios nos ama y ama nuestros matrimonios tal y como son, ya sea que tengamos niños o no.
Necesitamos tu honestidad, pero también tu sensibilidad.
Nosotras te escogimos para que seas nuestro doctor porque confiamos en ti y sabemos que deseas lo mejor para nosotras. Por favor se honesto, pero al mismo tiempo se sensible al explicar nuestras posibilidades de concepción y el riesgo que conlleva cada tratamiento y cirugía. Para ciertos problemas, entendemos que nuestras probabilidades de concepción son mínimas o casi imposibles. Y necesitamos escuchar esta realidad, pero también continuamos orando por un milagro y queremos entender si en realidad existe alguna posibilidad con el tratamiento recomendado. Apreciamos grandemente tu apoyo mientras navegamos este difícil diagnóstico.
¡Sabemos que nuestro Dios obra milagros!
Creemos que todas las cosas son posibles cuando tenemos fe y nos abandonamos nosotras mismas en Él. Pero al escuchar las historias de “bebes milagros”, estas nos pueden dejar sintiendo aún más inadecuadas de lo que ya estábamos, y aún peor, a veces incluso sentimos como si Dios nos estuviera negando su poder milagroso a nosotras. Tu nos puedes alentar con historias relacionadas a pacientes con situaciones similares, pero recordándonos que cada caso es único, como mujer y como pareja los resultados puede que no sean los mismos. Ayúdanos a darnos cuenta que lo que verdaderamente es un auténtico milagro es nuestro amor marital, en nuestra habilidad para atender y cuidar a otros, y en como nuestro sufrimiento puede ser testigo de la gracia de Dios en el sacramento.
¡Escuchamos que el reloj no se detiene!
Para aquellas de nosotras quienes estamos mayores y aun estamos tratando (porque quizás encontramos el amor un poco más tarde de lo normal), sabemos que nuestras probabilidades de concebir se han visto disminuidas aún más. También sabemos que una “edad maternal avanzada” se debe considerar y que existen verdaderos riesgos médicos con los tratamientos y mucho más el poder llevar a término un embarazo a medida que envejecemos. Es duro escuchar que nuestro reloj biológico sigue marchando aceleradamente, lo cual también nos asusta y nos entristece. ¡Sabemos que estamos envejeciendo! Tu apoyo es tan necesario mientras aprendemos a lidiar cómo avanzar a una edad adulta con este anhelo tan grande de tener niños.
Nuestras vidas y matrimonios pueden ser fructíferos, aun si los deseos de tener hijos biológicos se desvanecen.
No cada historia de infertilidad termina con un bebe, pero eso no significa que nuestro deseo de ser padres no se lleve a cabo. ¡Este deseo es bueno y viene de Dios! Las vidas y matrimonios de personas sin hijos son fructíferas de muchas maneras; por ejemplo, cuidando de otros, adoptando niños, trabajando en comunidades, ¡y de muchas maneras más! De hecho, creemos que como doctor, tu vives una paternidad o maternidad espiritual a través del servicio y cuidado de cada uno de tus pacientes todos los días. Tu nos puedes motivar recordándonos de que aun cuando el tratamiento no sea exitoso, esto no significa que nuestra fertilidad o nuestro regalo de dar fruto será limitado.
Leave A Comment